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La Ley de Cine: motor de la industria audiovisual y la economía en República Dominicana

Desde la implementación de la Ley de Cine 108-10, la industria cinematográfica dominicana ha impulsado la creación de empleos, el desarrollo empresarial y el pago de impuestos significativos, convirtiéndose en un pilar del crecimiento económico y cultural del país.

Desde la promulgación de la Ley de Cine 108-10, la industria audiovisual de República Dominicana ha experimentado un notable resurgimiento. Esta legislación, que fomenta el desarrollo cinematográfico mediante incentivos fiscales, ha sido un catalizador para la economía local, generando empleos y fortaleciendo la cadena de valor en la producción cinematográfica.

Según el informe presentado por la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (ADOCINE), la industria ha vendido más de 4 millones de boletas de cine desde su implementación. Caribbean Cinemas lidera con 2.9 millones de entradas vendidas, seguida por Palacio del Cine con 1.1 millones. Además, la industria ha contribuido significativamente al fisco con RD$1,161,496,522.06 en ITBIS pagado y RD$348,979,516.10 en ISR retenido.

Generación de Empleos y Desarrollo Empresarial

El impacto económico de la industria del cine se refleja claramente en la creación de más de 25,000 empleos directos, con un notable 55% de estos puestos ocupados por mujeres. Hans García, presidente de ADOCINE, destacó que el crecimiento de la industria no solo beneficia a grandes estudios y productoras, sino también a micro y pequeñas empresas locales, que constituyen el 88% de los proveedores de servicios en este sector.

García subraya que la industria cinematográfica ha impulsado el consumo interno, el emprendimiento y la creación de más de 375 nuevas empresas de servicios y productoras, generando empleos estables y sostenibles. “Esto refleja un desarrollo inclusivo en una buena articulación de ganar/ganar entre lo público y lo privado”, sostiene el informe.

Aporte a las MIPYMES y Economía Local

Las producciones cinematográficas concentran sus compras en sectores como comercio, turismo y transporte, representando más del 85% de las compras intermedias de las casas productoras. Un 87.6% de los proveedores contratados son micro y pequeñas empresas, lo que fomenta el empleo y combate la pobreza en las comunidades donde se realizan las filmaciones.

El cine dominicano ha promovido la especialización en el área, impulsando un crecimiento sostenido de una clase media más fuerte. Los salarios competitivos en esta industria permiten el progreso de sus profesionales, lo cual a su vez impulsa el consumo y el emprendimiento.

Impacto Académico y Colaboraciones Internacionales

La educación en cine también ha visto un crecimiento significativo. Universidades dominicanas como UNIBE, CHAVÓN, INTEC, APEC, UASD y PUCMM, cuentan con 741 estudiantes activos y 795 egresados en 2024. Estas instituciones, junto con universidades extranjeras a través de intercambios y becas, han desarrollado talentos que ahora participan en producciones tanto locales como internacionales.

La Asociación Dominicana de Profesionales del Cine ha establecido acuerdos con prestigiosas instituciones como la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya y la École des Gobelins en París, además de mantener convenios con la Universidad Anáhuac en México y otros programas becarios en colaboración con la Embajada de Francia.

Contribución al Fisco y Sostenibilidad

El informe de ADOCINE resalta que la industria cinematográfica es una incubadora de empleos y empresarios especializados. Aporta valor agregado en toda su cadena de valor con un significativo efecto multiplicador, fomentando el desarrollo de la oferta exportable nacional y posicionando a República Dominicana en el mapa cinematográfico mundial.

“La reforma fiscal debe estar al servicio del desarrollo nacional. Para entender en su justa dimensión y medida el aporte de la industria del cine, procede un enfoque y análisis integral de su impacto económico y social en apenas un poco más de una década, convirtiéndola en una verdadera industria de transformación”, concluye el informe.

Futuro Prometedor

La industria cinematográfica dominicana sigue creciendo y consolidándose como un motor económico vital para el país. Con la creación de empleos, el desarrollo de micro y pequeñas empresas y su contribución al fisco, la Ley de Cine 108-10 ha demostrado ser un instrumento esencial para el progreso económico y cultural de República Dominicana.


Este resurgimiento de la industria cinematográfica, potenciado por la Ley de Cine, muestra cómo políticas bien diseñadas pueden tener un impacto duradero y positivo en la economía y sociedad de un país. La República Dominicana, a través del cine, está contando no solo historias en la pantalla grande, sino también una historia de desarrollo y transformación económica.

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